lunes, 4 de noviembre de 2013

camille corot - el puente de narni 1827



continuamos con Corot en los años de su primer viaje a Italia presentando este otro cuadro que decidió enviar al Salón de París del año 1927. No hemos dicho que su periplo artístico por ese país, subvencionado indirectamente por la jugosa pensión anual de sus padres, tenía como condición el que llevara a cabo un autorretrato, cosa que , por supuesto, cumplió. El Museo del Louvre posee uno del año 1825 que posiblemente sea del que hablamos : autorretrato al lado de un caballete, óleo de pequeñas dimensiones, 32,5 x 24,5 cm tan solo.
Volvió a exponer en el del año 1831 y sucesivamente presentó obras de las que algunas no fueron admitidas. 

Existe una segunda versión, para mi gusto más entonada, moderna, suelta y luminosa, en definitiva mucho más avanzada aún siendo de un año antes,1826, qué se encuentra en el Museo del Louvre. Luego entraremos en ello. La que vemos de la Galería Nacional de Otawa representa los restos de un puente romano, el puente de Augusto, que facilitaba el cruce de la vía Flaminia sobre el río Nera. La ciudad de Narni es famosa por su puente del que se conserva más de la mitad de la obra, pero además es una población que merece la pena visitar por conservar gran parte del sabor medieval en sus edificaciones y sus calles ; está muy cerca de Roma, hacia el norte, de modo que si vais a la Ciudda Eterna, procurar no perdérosla. También Bidauld, en 1790, llevó a cabo un cuadro de este mismo puente en puro estilo neoclásico.


De la página corobates hemos extraído este espléndido trabajo que muestra gran parte de los puentes romanos existentes en España. Agradecemos a su autor esta valiosa información.


Casi medio siglo antes de la llegada de Corot a Roma, los artistas foráneos residentes habìan ya creado una escuela de pintura al aire libre, todavía en el más puro estilo neoclásico. Corot desde su llegada se integró en ella y frecuentó sus bares y lugares de reunión. Con él comenzó el cambio hacia el naturalismo al irse liberando de reglas y condicionamientos qué, en general, se empleaban en casi todas las vistas. Así, el puente que traemos tiene el sabor y muchos detalles, como los altos árboles y las figuras, neoclásicos, mientras que el del mismo tema del Louvre que hemos visto en los primeros párrafos, entra ya en el realismo más puro. Quizá el primero debía reunir una serie de condiciones para ser presentado en el Salón de París. Es posible también que el del Louvre sea un boceto previo, tomado por supuesto del natural, del definitivo de Otawa que iría al Salón. Eso encajaría con la mentalidad todavía decimonónica de la pintura del paisaje. Para nosotros, en el siglo XXI, el boceto es fresco y moderno y la gran obra, para la que ha servido éste de mero apunte soporte, es rancia y encorsetada. Y lo digo, creerme, con el mayor respeto al Neoclasicismo.

Como veis estamos ante un pintor que ya presenta una mitad metida de lleno en la modernidad y que posteriormente será consciente de ello, lo que dará lugar a bellísimas y modernas obras que influyeron en todos los pintores posteriores.

Finalmente traemos un pequeño video titulado : Corot en Italia, génesis de la moderna pintura del paisaje. 

  

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