martes, 13 de diciembre de 2011

E. Delacroix - retrato de Léon Riesener



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37 años
diez años menor que Delacroix, ambos compartían una abuela, ésto es, dicha abuela se casó dos veces, del primer marido nació la madre de Delacroix, y del segundo marido el padre de Léon; es decir ,eran digamos, primastros. Y además tuvieron muchos puntos en común. En efecto, ambos eran pintores, Léon a su vez hijo de un gran pintor, Henri-Francoise Riesener, que destacó especialmente en la corte del Zar Alejandro, el cual a su vez era hijo de un gran ebanista al servicio de Luis XVI. Pués bién, Delacroix estuvo muy unido a la mujer de Henri-Francoise, su tía, ambos muy amantes de la literatura de la época y que , a la limón llevaron a cabo una traducción de una obra de Lord Byron.!Vaya lío, no!.Por otro lado la familia Riesener tuvo siempre una gran amistad con la familia Morisot, uno de cuyos miembros, Berthe, está considerada la primera mujer adherida al movimiento impresionista, y además estaba casada con un hermano del pintor Manet, Eugéne.Por cierto, en estos días se esta presentando una exposición suya en el museo Thyssen de Madrid.  Pués bién , Berthe y Léon Riesener también estuvieron muy unidos culturalmente, la primera oyendo sus consejos y leyendo y copiando sus escritos. De Manet se conservan varios retratos de Berthe, pues fué su modelo. Uno de ellos lo hemos traído y lo podeis ver al pulsar su nombre dos líneas más arriba. Pero nos vamos de nuestro cuadro. No lo he traído para presentaros  a todas estas ilustres  familias, sino para que admireis el bello rostro masculino que plasmó Delacroix en este retrato, esa mirada serena y firme,cargada de sinceridad y también , de bondad. La mayoría de los retratos de los grandes pintores, fijaos, presentan rostros en los que hay una ligera diferencia en el tamaño e incluso en la  forma de los ojos, nunca son perfectamente iguales; en la realidad suele ser también así. Eso le da un mayor carácter a la mirada y a toda la persona representada, pués parece que cada ojo aporta una faceta diferente del propio semblante , de la propia personalidad, y luego ambas se compensan al juntarse en el rostro, como lo hacen los miembros de un matrimonio bién compensado con sus diferentes e incluso opuestos caracteres. En éste caso, la diferencia entre ambos ojos es ciertamente apreciable, fijaos sobre todo en los párpados, y el resultado es una fuerza y un misterio en la mirada asombrosos. Un gran retrato.
Finalmente, para rematar éste párrafo tan lleno de relaciones, traemos un enlace de una página de internet donde podreis ver el daguerrotipo de Delacroix, creemos que bastante conocido,  llevado a cabo a su vez por Léon Riesener.

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